Cada vez que alguien intenta engañar a los periodistas, me acuerdo del caso de Bartolín, que tuvo al país en vilo durante unas horas en 1998, hasta que a las pocas horas asomó el embuste. Entresaco lo primero que se imprimó sobre el suceso.
Cada vez que alguien intenta engañar a los periodistas, me acuerdo del caso de Bartolín, que tuvo al país en vilo durante unas horas en 1998, hasta que a las pocas horas asomó el embuste. Entresaco lo primero que se imprimó sobre el suceso.