Julio loco. Agosto también

AISGE | El anecdotario de Javier Ocaña

En Moscú cada año se corta el agua caliente durante semana y pico para hacer reparaciones en el sistema de calefacción de la ciudad. A partir de entonces pasan cosas.

Los corresponsales llamamos a julio y a agosto el «verano loco ruso», porque siempre en medio del sopor pasa algo gordo que pilla a varios corresponsales en Torrevieja: golpes y autogolpes de Estado, masacres y otras enredaderas que trepan por la portada. En junio la noche dura unas horas y te despiertas creyendo que te has quedado dormido en una corrida de toros en el tendido de sol. Esos días, en los que la oscuridad es un lujo, constatas que el agua fría es buena para la salud: los gimnasios vuelven a llenarse de gente que busca una ducha caliente y, de paso, se reconcilia con la cinta de correr. Y en tu casa Marion Crane sale del baño y su sujetador te dice que de nuevo la policía la está buscando.

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