La policía rusa detuvo domingo por la mañana a más de 800 personas, entre los que figura el opositor Alexei Navalny, en el transcurso de una manifestación contra la corrupción en las calles del centro de Moscú. La protesta, que no estaba autorizada por el ayuntamiento, había sido calificada de «provocación» por el Kremlin.
Más gente que otras veces, muchos estudiantes y menos miedo a la policía. He visto más detenciones arbitrarias que violencia. Pero sobre todo me quedo con la abuela de la última foto, que se puso a aleccionar a los antidisturbios cómo deben comportarse «teniendo en cuenta que están ustedes delante de la estatua de Pushkin».